“El latido de Dios en nosotros: el miedo” Elías Canetti.
El miedo es el arma más poderosa. Tanto, que se ha convertido en un eficaz instrumento para el control de las poblaciones. Instala el miedo en una sociedad y la tendrás amarrada, desactivada, comiendo en tu mano. Los ciudadanos debemos proponernos no tener miedo. Ni a los ladrones, ni al paro, ni a la enfermedad…Ni siquiera a los terroristas, a los políticos o a los estados. Y eso aunque lo que leamos, escuchemos o veamos nos ponga los pelos de punta…
Resulta que aquello que nos dijeron la CIA y la Casa Blanca tras el asesinato de Bin Laden era mentira: ni iba armado ni utilizó una mujer como escudo. Da miedo no saber cuándo el Gobierno de Estados Unidos dice la verdad y cuándo miente. Produce aprensión que un Premio Nobel de la Paz ordene matar. Acojona que piensen que el fin justifica los medios, y que haber conseguido información sobre el paradero del líder de Al Qaeda mediante tortura disculpe semejante atentado contra los derechos humanos. Espanta su violencia, su prepotencia, su impunidad y, sobre todo, da miedo el miedo que provoca en el resto de países del mundo.
Alarma que el presidente del Gobierno de nuestro país justifique el asesinato con argumentos francamente torpes e insignificantes: “Es bastante entendible que las circunstancias hayan dado lugar al resultado de la operación”. Sobrecoge que uno de mis periódicos de referencia, La Vanguardia, publique un editorial como el de ayer: “La orden dada por Barak Obama es legítima. En el plano moral, en el jurídico y en el estratégico…Han liquidado un asesino en serie; un blasfemo”. Desasosiega la ausencia de dudas en el razonamiento, esa contundencia que hace prácticamente imposible rebatirlo. Y da pavor que hayan utilizado palabras como “liquidar” y “blasfemo”. Los lectores de La Vanguardia somos sensibles e inteligentes.
“Acaba de desaparecer el principal instigador de la salvajada que en marzo de 2004 costó la vida a 199 personas en Madrid”, sentencia La Vanguardia en el párrafo final de su editorial. “El 11-M es la respuesta a las acciones de España en Irak, Afganistán y Palestina”, dijo el propio Bin Laden en El Mundo. Pero la ausencia de escrúpulos de algunos periodistas es infinita. Da miedo. El diario de Pedro J insiste en utilizar su teoría de la conspiración como inagotable campaña de promoción. Sus dudas sobre la autoría del 11-M siguen vendiendo periódicos y suscripciones a Orbyt. La desvergüenza de un medio, su ausencia de escrúpulos, solo es comparable a la incapacidad de su redacción (¿miedo?) para poner fin a la infamia que marca un antes y un después en la historia del periodismo español.
Comprendo que usted sienta miedo. Y que se pregunte si no existe cura para este mal global. Me temo que los miedosos solo podemos rebajar nuestro nivel de pavor aumentando nuestras fuentes de información. No se limite a leer un solo periódico, a ver una sola televisión, a escuchar una sola radio, a entrar en un solo blog. Quizá el antídoto para el miedo esté en la búsqueda de la verdad.
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Un motivo para NO ver la televisión
Presentación “Reacciona” (Editorial Aguilar)
Están ustedes invitados. ¡TODOS!