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Visto y no visto

Me senté a escribir el post de hoy y me di cuenta de que solo tenía el título: Visto y no visto. Pensaba dedicar la última reflexión de la semana a Karim Benzema y sus 216 kilómetros por hora en la M-40, pero a media tarde apareció el Papa de Roma. También en coche salía Benedicto del Vaticano, pero a las cuatro ruedas de su Mercedes añadió un flamante helicóptero blanco. El papacóptero. Y ante este espectáculo soberbio, retransmitido en directo por la primera cadena de la televisión pública española, me tuve que rendir…

“Vamos a contemplar la salida de Benedicto XVI tres horas antes de que acabe su pontificado”, explicó Ana Blanco en el comienzo de la retransmisión, a las cinco de la tarde. Es decir, que mientras en Telecinco unas golfas hablaban con un tío de Rocío Carrasco, en TVE podíamos “seguir los pasos, en sentido figurado, del último Papa hacia su retiro”. Un espectáculo acojonante, la verdad, por simbólico y también por televisivo: vimos el trayecto en coche, y luego en helicóptero, del Papa hasta Castelgandolfo. Veintitrés kilómetros de recorrido real, realizados en 17 minutos. ¿Para qué? No me pregunte usted. Sonaron las campanas de Roma, vimos a algunas monjas despidiéndose, a la guardia suiza, el helicóptero vuela que te vuela… Solo faltaba la música de Apocalypse Now. “No sabemos si todavía lleva el anillo del pescador, lo van a anular”, advirtió la presentadora justo antes de comentar algo sobre los zapatos blancos que llevaba el pontífice, obra de un artesano de León.

“Es muy emocionante para todos”, sentenció  la enviada de TVE. ¿Para todos? Yo me emocioné mucho más anoche con el gol de Diego Costa al Sevilla, la verdad. “Sí, es muy emocionante, es el inicio del adiós”, insistía Mavi Doñate, desde la mismísima Plaza de San Pedro. Entrevistó a Gil Tamayo, consejero pontificio de medios de comunicación. “El Papa no se ha muerto, cuidado”, dice este sacerdote, que cerró su gran reflexión asegurando que “se va por el bien de la Iglesia”.

La espera se está haciendo larga”, afirmó con toda razón una tal Marisa, que estaba en el helipuerto de Castelgandolfo esperando la llegada del Papa. Y aprovechó para recordar al telespectador las palabras de Benedicto sobre su nuevo refugio: “Aquí tengo de todo, montaña, lago y mar”. No sabe nada este Benedicto… “El Papa ha insistido en que ha rezado, es decir, que su marcha no ha sido una reflexión fría y cerebral”, razona un tal Contreras, compañero de Blanco en tan peculiar retransmisión en directo.

Y Benedicto se bajó por fin del papacóptero. Y se subió a un pedazo de Mercedes. “La gente está con sus cámaras de fotos porque tiene la certeza de asistir a un momento histórico”, afirmó Marisa. Otro buen rato de tomas aéreas que amenizó Blanco con interesantes comentarios: “Hoy va a escribir su último tuit, no sé si lo habrá hecho ya o lo dejará para última hora”. “Su cuenta de Twitter la ha gestionado una empresa española, con gran sabiduría, por cierto”, añadió Contreras, “y es que el Papa no está cómodo usando tabletas o Smartphones, pero se da cuenta de su importancia”.

Tras unos minutos pudimos conocer el texto de tan  excepcional tuit: “Grazas polo voso amor e o voso apoio! Ogallá vivades sempre na ledicia que se experimenta cando se pon a Cristo no centro da vida”. Cuentan que lo envió y cerró la cuenta para siempre. Finalmente Benedicto salió al balcón, saludó a los fieles congregados en la plaza, dijo cuatro simplezas y se dio el piro. Custodia de por vida. Pues adiós muy buenas.

Y lo de Benzema, pues otra vergüenza. Yo no le dejaba jugar la final de la Copa del Rey

 

Un motivo para NO ver la televisión

Lillly Hiatt & the Dropped Ponies

Cd: Let Down.

Lilly es la hija del gran John Hiatt, y “Let Down” es su primer disco. La chica tiene una voz cálida, toca la guitarra, lleva botas vaqueras y escribe sus propias canciones. Con que éstas sean la mitad de buenas que las de su padre, será una gran cantautora, ¿verdad?

Pues algunas lo son. Además, Lilly tiene muy buen gusto tanto para los arreglos como para la instrumentación. Nada de alardes. Sencillez, medios tiempos, acústicas y eléctricas navegando juntas, estribillos brillantes, algo de lap steel, una banda muy profesional… Un primer disco simplemente brillante.

Reality Show

Se entera uno de cada cosa… Por ejemplo de que el Papa lleva marcapasos desde hace diez años. Y de que hace unos tres meses se sometió a una operación para cambiar la batería del aparato. La pila. Lo dicen ahora que el hombre se retira, incapaz de soportar la presión que conlleva ser el comercial de Dios en la tierra. Una barbaridad de curro, muchos viajes, muchas intrigas, demasiados disgustos. El bueno de Benedicto, con el corazón a trompicones, traicionado por su mayordomo y con algunas pesadas losas en el lomo, se siente tan solo y cansado como para retirarse a un monasterio. Puede que uno de Mallorca, que es donde terminan un sinfín de alemanes. Ante tan trascendente noticia, los medios se vuelven locos: TVE manda a sus presentadores a Roma, desde donde abren el Telediario. Y el diario El País le dedica la portada, abriendo a cinco columnas, y las primeras quince páginas, que son todas las dedicadas a Internacional. Será que el resto de actividades del planeta se ha detenido para despedir al Sumo Pontífice.

El presentador del Telediario comenta la renuncia de Benedicto XVI con una pared detrás. Nos han advertido que se encuentra en Roma, pero muy bien podía estar en un polígono de Móstoles. Una vez que se ha hecho el viaje, yo por lo menos le habría puesto delante de una pizzería. Y otra cosa: jamás incluiría en una pieza supuestamente informativa las declaraciones de ciudadanos que pasean por la calle, puro relleno: “Debía estar cansado, el hombre”, dice un tal Franchesco…Pero se supone que en TVE saben lo que hacen, o al menos lo que escriben: en el guión de una de las piezas principales recuerdan al televidente asuntos tan espinosos como que Joseph Aloisius Ratzinger miró para otro lado cuando surgieron escándalos de pederastia, que su papado ha estado marcado por escándalos y asuntos turbios, y hasta que en su juventud perteneció a las Juventudes Hitlerianas.

Lo cuenta el propio Ratzinger en su biografía con total naturalidad: enrolarse en las Juventudes Hitlerianas era algo común entre los jóvenes de su generación. ¡Joder con los jóvenes de su generación! La prensa alemana llegó a llamarle “Panzerkardinal”, pero el tiempo cambió a nuestro hombre hasta el punto de condenar el Holocausto. Muy aficionado a los trajes despampanantes, Ratzinger cambio el recio uniforme de la Wehrmacht por las livianas albas, casullas y mitras del Vaticano.

Pero cuidado, porque ahora viene lo bueno: ¿Quién será el sucesor? Comienzan las apuestas, las intrigas, las luchas de poder. Durante las próximas semanas no se hablará de otra cosa. ¿Será italiano, americano o africano? ¿Será viejo o joven (menos de setenta tacos)? ¿Será conservador o… menos conservador? Desde este modesto blog no podemos aportar grandes cosas en torno a esta carrera por el poder católico que acaba de comenzar. Solo puedo adelantarle quien NO va a ser el nuevo Papa: Falete.

No por que no se lo merezca, no sea religioso hasta la médula o su pasado no esté inmaculadamente limpio de devaneos fascistas. Sino porque está comprometido, puñetero, con otro reality show. El cantante acaba de firmar con Antena 3 para ser uno de los 18 concursantes de “¡Splash! Famosos al agua”, versión ibérica de un concurso de piscinas y trampolines. La Esther Williams de Triana.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Alberta Hunter

CD: Remember my name.

La recomendación de hoy será breve, puesto que se trata de la edición, por primera vez en cd, de un clásico del blues. “Remember my name” es la banda sonora de una película dirigida por Robert Altman en 1978, y protagonizada por Anthony Perkins y Geraldine Chaplin. La música es de la gran Alberta Hunter, cantante de Memphis que, con 82 años, interpretó diez canciones propias en esta banda sonora. Una maravilla de nuevo en circulación. Como todo, absolutamente todo, lo que grabó esta demoledora vocalista de intensa vida.

Moverse para permanecer inmóvil

“La religión no tiene sitio en la evolución”. Richard Dawkins, biólogo.

Benedicto y cientos de miles de sus seguidores han llegado a la ciudad. Vienen desde lugares remotos, tras largos viajes realizados en diferentes medios de transporte. Algo sin duda contradictorio, puesto que la religión es inmovilidad. El cristianismo es miedo. A la felicidad, a la ciencia, al placer, al progreso… Nada debe avanzar, todo debe permanecer detenido en el tiempo, el pasado está condenado a convertirse en futuro. La iglesia católica se sostiene en la inmovilidad y la quietud, odia la acción y el ajetreo. Es lenta, muy lenta. ¡Tardó siglos en aceptar a Galileo y aún pone en duda a Darwin! Miles de jóvenes y de religiosos han llegado desde todo el mundo a Madrid con un único motivo: que nada se mueva.

Pinchar para seguir leyendo (Telematón, en Cuarto Poder).

acontecimientos populares

En España, 4.910.200 personas no tienen trabajo. Están en paro. Anarquistas y antisociales se preguntan quénecesitamos los españoles para echarnos a las calles, insultar a los políticos en los mítines y orinar en los cajeros automáticos. ¿Por qué no reaccionamos? Yo tengo la respuesta: porque estamos muy liados. Nuestra agenda social de frivolidades está tan apretada que no tenemos ni un segundo para pensar en nuestro futuro inmediato. Recapaciten… El miércoles pasado tuvimos el partido del siglo: Real Madrid-Barcelona. El viernes, la boda del siglo: Guillermo-Kate. El domingo, la beatificación del siglo: Juan Pablo II abandonó su triple ataúd para que sus restos sean venerados. Y el próximo martes cerramos el círculo semanal con el nuevo partido del siglo: Barcelona-Real Madrid. En medio de estos acontecimientos populares de ensueño, ¿a quién puede apetecerle el baño de realidad que suponen 4.910.200 dramas individuales?

Esta imagen de la boda real, con la novia plebeya postrada ante el príncipe, es maravillosa, pero de todos los acontecimientos de la semana me quedo con la beatificación de Juan Pablo II. Como le he contado en alguna ocasión, uno de mis vicios confesables es la preparación de cadáveres de animales con fines científicos. Lo que para usted es un bicho atropellado en la carretera, para mi es el cráneo de un tejón (Meles meles). Así las cosas, no puedo evitar pensar en los restos del bueno de Juan Pablo II como en auténtica caza mayor: huesos largos, cráneo rotundo… Tras años de maceración bajo tierra, el cuerpo descompuesto del polaco vuelve a ver la luz del día. El proceso para exhumar el fiambre ha sido digno de Houdini, puesto que se encontraba en un féretro de nogal, recubierto a su vez de un ataúd de plomo y rodeado por otro de madera de ciprés. Pero ha merecido la pena: ¡son los despojos de un santo!

Los despojos y la sangre, puesto que unas gotas de plasma del nuevo beato se han expuesto en una ampolla encastrada en un relicario de plata. ¿No podían haber mostrado también uno pequeñito, encastrado en un tupperware, con la sangre infectada de SIDA de alguno de los niños que han contraído la enfermedad por la negativa del santo padre al uso de preservativos? En La 2 (TVE), la televisión pública de un país en proceso de laicización, retransmitieron ayer domingo el morboso espectáculo. Las imágenes del Papa vivo, ejerciendo de maestro de ceremonias en una plaza de San Pedro abarrotada, coincidían con las de la parrilla de salida de Moto 2 en La 1 (TVE). Chicas con tops y ajustadas minifaldas de látex sostenían las sombrillas de los pilotos mientras Benedicto XVI se abrazaba con otros hombres celebrando la beatificación de su marchito colega. El mando a distancia echaba humo, el dedo gordo comenzaba a dar síntomas de agotamiento. “Es este un siglo de santos”, aseguraba el comentarista de… La 2.

Carne viva, carne muerta. Si usted es de los que no sabe a qué prestarle más atención, si a los restos amojamados de un cura milagrero o al muslamen de unas azafatas que sostienen una sombrilla, yo le propongo casi cinco millones de sugerencias, tantas como desempleados. Y si es de los que piensa que para solucionar ese problema necesitemos un milagro, no se desanime porque este fin de semana nuestros políticos han puesto toda la carne en el asador. María Dolores de Cospedal, número 2 del PP, ha viajado a Roma para pedírselo en persona al nuevo santo. Y Alfredo Pérez Rubalcaba, futuro del socialismo español, ha visitado Sevilla buscando la inspiración en el fondo de un vaso de rebujito. Hay esperanza…