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Bárcenas, la tv movie

Es bien conocida la debilidad de La Sexta por los asuntos carcelarios. Tras el éxito de la serie “Prision Break” comenzaron a emitir “Encarcelados”. No contentos con esto han dado una nueva y espectacular vuelta de tuerca a su pasión por chirona y sus derivados: los informativos de La Sexta han emitido imágenes de Luis Bárcenas en el interior de la cárcel de Soto del Real, lugar donde el ex tesorero del PP ha pasado los últimos 82 días y sus respectivas noches. En el debate político “Al Rojo Vivo” emitieron una y otra vez esos vídeos, seguramente grabados con un teléfono móvil y de apenas unos segundos de duración, en un bucle de calidad infecta y tremendo interés informativo. Interés general, diría yo…

En La Sexta venden los vídeos caseros, o si usted prefiere talegueros, como una de esas exclusivas que nos hacen recuperar la confianza en el periodismo con mayúsculas. ¿Vulnerar la intimidad del recluso? No, por dios. La sociedad española quiere saberlo todo sobre el puto amo. ¿Recuerda usted “Celda 211”? Esto es mucho más fuerte. ¿Ha olvidado “El expreso de medianoche”? Jamás olvidará a Luis El Cabrón entre rejas. ¿Todavía se estremece con los entrañables reclusos de “La milla verde”? Los que aparecen en la exclusiva que nos ocupa resultan aún más humanos, más cercanos. Me he tomado la libertad de resumirle las escenas…

– Bárcenas se fuma un puro sentado en un banco.

– Bárcenas jugando al baloncesto.

– Bárcenas hablando en una cabina de teléfono.

– Bárcenas sentado en un pupitre de la escuela del módulo, tomando notas delante de un cártel escolar con el sistema digestivo.

– Bárcenas levantándose de una mesa que comparte con seis o siete personas.

– Bárcenas rezando en el aula anterior.

“Imágenes exclusivas impresionantes”, reconoce uno de los tertulianos, sin duda para justificar tanto la enésima repetición de los mismos vídeos como su presencia en el debate. “Está como Pedro por su casa”, asegura uno de sus colegas. “Conociendo lo rocoso del personaje no me sorprende”, dice otro. Y con esos cuatro datos, con esas cuatro imágenes desenfocadas, se lanzan a analizar detalles y pormenores de la vida entre rejas de Luis Bárcenas. Hablan de que en la cárcel los Farias cuestan un euro, pero que Bárcenas consigue unos puros mejores. De cómo se sientan los presos en el patio. De los colegas de presidiario. De cómo se quedó a 400 metros de la cima del Everest. “Está claro que este hombre tiene un don para las relaciones públicas”, dice un tertuliano. “Se le ve adaptado”, informa otro. “No solo es católico, tiene una vena mística. Incluso asegura haberse comunicado con su hermana muerta”, asegura Ernesto Ekaizer tras verle rezar. Interés general, qué duda cabe.

Descomunal periodismo de investigación. Excelente análisis social y humano de la reclusión del hombre del momento. “Entiendo que las imágenes les duelan, tanto al abogado como a sus familiares… pero esto es periodismo”, sentencia la tertuliana dando un énfasis especial a la última palabra, que subraya golpeando el bolígrafo contra la mesa. El telespectador, aturdido por el altísimo nivel informativo, solo puede preguntarse por la procedencia de las imágenes. ¿Cámara oculta? ¿Móvil? ¿Cine Exin? “Eduardo inda, tu eres un maestro y no hace falta que te diga que la fuente es sagrada”, reconoce el presentador de “Al Rojo Vivo” al adjunto al director de El Mundo. Y sentencia: “Nos preguntan por que hemos emitido estas imágenes. Las teníamos… y hacemos periodismo”. La carne de gallina…

¡Pobre Bárcenas! El hombre que lo ha sido todo en el partido que gobierna este país, ideólogo de la economía popular, senador del partido y mano derecha de Mariano Rajoy, convertido por la televisión en protagonista de una jail tv movie de serie B. ¿O quizá solo estamos ante el primer capítulo de una larga serie de Vídeos de Primera?

“Tenemos otros videos, pero posiblemente no los emitiremos nunca. Imágenes muy potentes, muy llamativas, muy duras, que traspasan algunos límites. Posiblemente no las emitamos nunca”, insiste  García Ferreras poniendo una voz tan interesante como la de Frost en la entrevista con Nixon. ¿Quizá imágenes en la ducha, con el jabón rodando por el encharcado suelo entre un bosque de piernas peludas de reclusos desnudos? ¿Posiblemente no las emitan nunca? Gran periodismo, pero antes que nada grandes personas.

P.D.

El regreso del hijo pródigo…

Un motivo para NO ver la televisión

Erase una vez en Francia

Autores: Fabien Nury y Sylvain Vallée.

Editorial: Norma.

Gran formato, edición exquisita, para una serie de tres volúmenes en la que se cuenta la historia de Joseph Joanovici, un hombre con dos caras, con dos vidas, con infinitas suertes. Judío en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, Joanovici tiene un descomunal talento para los negocios. Analfabeto, este perfecto antihéroe convierte la humilde chatarrería de sus comienzos en un gran imperio económico que mantiene relaciones comerciales tanto con los alemanes como con la Resistencia.

Pese a salvar la vida a cientos de compatriotas, nada más finalizar la guerra Joanovici es investigado por un juez obsesionado por el doble juego que ha mantenido. Una apasionante biografía, sólidamente construida, que se basa en hechos reales y recuerda a las grandes películas sobre la Mafia, desde “El Padrino” a “Erase una vez en América”. Los responsables de tan interesante trabajo son dos clásicos del cómic francés: el guionista Fabien Nury y el dibujante Sylvain Vallée.

Día uno tras el veredicto

Ya tenemos veredicto: el jurado popular ha declarado a José Bretón culpable del asesinato de sus hijos. Dios mío, y ahora… ¿qué hacemos? ¿Qué será de Ana Rosa Quintana y de Susanna Griso? ¿Y de las pintonas audiencias de sus respectivas cadenas? ¿Qué será de los periodistas necrófagos, de los forenses jubilados, de los psiquiatras de saldo, de los ex policías nacionales, de los analistas de gestos y los lectores de labios, de los abogados criminalistas retirados, de los tertulianos siniestros, de los editores de telediarios, de los charcuteros mediáticos, de los millonarios consejeros delegados, de los opinadores de todas las calañas y pelajes que usted pueda imaginar?

La lógica nos dice que se les ha terminado el chollo. Que toda esa manada de devoradores de cadáveres se ha quedado sin carnaza, su razón de ser, su principal tema de conversación, su fuente de ingresos. Ese fabuloso suceso criminal con el que han llenado horas y horas de televisión tumefacta es historia, ¿verdad? Pues no. El sábado por la noche en “El gran debate” (Telecinco) comenzaron a alimentar algo parecido a una teoría de la conspiración. No todo es tan fácil como quieren que creamos. ¿Culpable Bretón? Sí, pero…Es el momento de dudar de la sentencia, de las pruebas, del jurado, de todo aquello que pueda dar juego para rellenar unos cuantos programas más. Es decir, que el llamado “Caso Bretón” no ha terminado. Ni muchísimo menos. Ahí están las televisiones para darle un penúltimo estrujón a la familia, para sacar un último partido a cada lágrima y aprovechar cada miaja de miseria, para rentabilizar hasta la última gota de sangre.

Los ciudadanos con sentido común no deberíamos admitir estas absurdas teorías de la conspiración, sobre todo porque estamos en condiciones de conocer la verdad. ¿La verdad? Efectivamente. Toda la verdad. Ni más ni menos. Y una vez más por cortesía de El Mundo, el diario de ese confidente de Luis Bárcenas llamado Pedro J Ramírez. “El vídeo de la verdad” es la noticia más leída durante la tarde del sábado y la mañana del domingo, por encima incluso de los SMS entre Mariano Rajoy y Luis Bárcenas.

¿El vídeo de la verdad? Sí, ese es el título de la información. Como no creo que Pedro J se refiera a una famosa grabación sexual, registrada desde el interior de un armario, es posible que tenga que ver con la actualidad política… ¿Las donaciones ilegales? ¿La caja B? ¿Los sobresueldos? ¿Los SMS? ¿La financiación real? No por favor, hablamos de LA VERDAD con mayúsculas. “Como el suero de la verdad”, arranca la información de El Mundo. Se refiere, atención, al “vídeo de la cámara fija instalada dentro de la plaza de toros de Pamplona que refleja la realidad de los motivos accidentales y de error de cálculo, según las imágenes y testigos presenciales, de las causas que han provocado la angustiosa montonera del séptimo encierro”.

El vídeo de la verdad. Con la que está cayendo, un puto vídeo de los sanfermines. Unos sanfermines que, por cierto, le han venido de perlas a un Gobierno que cada vez tiene menos flotadores a los que agarrarse. A falta de un español al frente del Tour, el Telediario (TVE) ha llegado a emitir íntegro algún encierro. Cuatro minutos de toros, carreras y cornadas. ¿El caso Bárcenas? “Los supuestos SMS”, dijeron ayer…

¿Bárcenas? Eeeh… ya tal

“Esta es la historia de un chantajista, esta es la historia de un delincuente”, insiste la tertuliana de La Sexta en el monográfico que dedican al puto amo: Bárcenas. No sé quién es ella, pero sé de qué pie cojea: una periodista al servicio del poder, no del ciudadano. La tertuliana habla de Bárcenas como si fuese un carterista anónimo, un tironero encapuchado o un atracador de gasolineras sin rostro. Olvida que ha sido invitada a ese programa precisamente porque el chantajista y delincuente al que se refiere no es un chantajista o delincuente normal y corriente: perteneció hasta hace solo unos meses al partido en el Gobierno, y robó el grueso de su fortuna desde su despacho en la calle Génova. ¿Un delincuente? Sin duda, pero también un político importante dentro de la cúpula del PP de las últimas décadas.

Bárcenas es, no lo olvide ni un segundo, el ex tesorero del Partido Popular. Repita conmigo: el ex tesorero del Partido Popular. Sí, un hombre de confianza de Mariano Rajoy, ese presidente del Gobierno que tiene la suficiente desfachatez y cara dura como para responder, cuando se le pregunta en rueda de prensa en Bruselas por el hombre más popular (en todos los sentidos) de España en estos momentos, con cuatro incoherentes palabras: “Eeeh, la segunda, ya tal”.

Escuche de nuevo el vídeo. Los periodistas y los colaboradores de Rajoy se descojonan. Normal: son las declaraciones de un inepto. O de un necio. Seguramente de ambas cosas. Desde luego no de un presidente de Gobierno que pretende ganarse el respeto del ciudadano. No de alguien en quien confiar. Quizá de un farsante de plasma, nunca de un político con futuro.

Mi abuela, que presumía de hablar claro, diría que Rajoy es un mierda. Un político que huye de sí mismo, que se esconde de su propia inutilidad. Yo no solo estoy de acuerdo con mi abuela, sino que pienso que los ciudadanos que soportamos que el presidente de nuestro Gobierno se niegue a hablar de los problemas que preocupan a los ciudadanos, también lo somos. Unos mierdas. Por soportar tanta mentira, tanta incompetencia y tanta soberbia. Por dejar que ensucien de esta manera una democracia en la que cada día es más dificil creer.

 

Un motivo para NO ver la televisión

El plantador de tabaco.

Autor: John Barth.

Editorial: Sexto Piso.

Ha llegado el verano, tiempo de vacaciones. El momento ideal para sumergirse, sin prisa alguna, en las 1.173 páginas de “El plantador de tacaco”, una montaña de aventuras merecedora de nuestros mejores momentos de ocio. Horas y horas de lectura gozosa y sorprendente, con contados altibajos y muchísimos momentos realmente hilarantes: Ebenezer Cooke, protagonista del libro, atrae los problemas y no puede evitar los enredos. El lector solo puede agradecerle semejantes virtudes, capaces de provocar algunas de los mejores momentos de la literatura actual. Estamos ante un clásico moderno que en la cuidada edición de Sexto Piso, un tomo algo pesado pero infinitamente más cómodo para leer que la antigua de Cátedra, se disfruta de principio a final con una sonrisa en los labios.

Finales del siglo XVII. Ebenezer presume de poeta virgen, lo cual indica cuan lerdo puede llegar a ser el individuo en cuestión. Complejas circunstancias personales le obligan a viajar al Nuevo Mundo para emprender una nueva vida, al frente de una plantación de tabaco familiar, Malden, en tierras de Maryland. Su objetivo personal es escribir una obra épica para la que ya tiene  título: Marylandiada. Mientras busca inspiración comparte embrollos con la corte de personajes memorables que revoletean a su alrededor, la sangre del libro. Caballeros auténticos y de pega, bellacos y asesinos, fulanas y piratas, grandes amigos y descomunales impostores… Ebenezer recorre medio mundo sobreviviendo a estas gentes, y a los retos que surgen cuando menos se lo espera. No hay tregua, es la aventura en estado puro…

Un libro que en ocasiones recuerda a los momentos gloriosos de la picaresca española, y en otros directamente a Cervantes y sus inocentes y nobles quijotes enfrentándose a gigantes con cuerpo de molino. “El plantador de tabaco” es una fiesta. Uno de esos hermosos regalos que nos hace la literatura de cuando en cuando. El auténtico placer de leer.

Pinchar para leer un adelanto.

Uno con lo nuestro

A partir de ahora, cuando usted vea en televisión la cara de Francisco Álvarez Cascos seguramente  pensará dos cosas. Primero, qué cojones tuvo este hombre para aguantarle diez asaltos a Mike Tyson. Y segundo, qué huevazos tuvo este tío para cobrar del PP, durante los años 94, 95 y 96, la jugosa cifra de10.000 euros al mes en concepto de “indemnización para compensar los gastos ocasionados por su dedicación al Partido Popular”. Dicen que a Cascos, entonces Secretario General del partido, le pagaba Bárcenas, no se lo pierda, y que lo hacía primero en metálico y después con talones. Más de 27 millones de las antiguas pesetas al año. A esta cantidad, el actual líder del Foro Asturias le sumaba los 4.000 euros que recibía como diputado.

¿Cómo es posible que ganando semejante fortuna no se haya arreglado el tabique nasal? se preguntarán los lectores más frívolos. Pues porque el hijo predilecto de Manuel Fraga es un animal político, concretamente un dóberman con cara de boxer, incapaz de pensar en sí mismo, de valorar algo tan burdo y material como la pasta. Solo pensaba en su pueblo, en la gente. Tal fue su dedicación a la ahora llamada ciudadanía, las personas, que seguramente ni sabía lo que cobraba. ¿14.000 euros en pesetas de 1994? ¿Yo? No me acuerdo de nada, pregúntele a Bárcenas…

Una de las frases más repugnantes de esta crisis, con permiso del “¡Que se jodan!” de Andreita Fabra, es el ya clásico “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Siete palabras malditas que hemos escuchado en cientos de bocas diferentes. Y que suenan casi igual de torpes y obscenas pronunciadas por un fresador que por un abogado, una cajera del Carrefour, un consejero del Santander o un secretario general de un partido político.

Desde hace años tratan de convencernos de que los políticos en España están mal pagados. Algunos sospechábamos que no sería para tanto, cuando el personal se pegaba por ser concejal de urbanismo de Navalcarnero. Poco a poco se nos van abriendo los ojos. Ya sabemos por qué había tortas por ser concejal de urbanismo, incluso en Navalcarnero. Ahora sabemos que los políticos no cobran tan poco. Y que si alguien ha vivido por encima de algo, han sido ellos y de nuestras posibilidades: no olvide nunca que el PP se financia en un 95% con dinero público.

 

Un motivo para NO ver la televisión

El elefante blanco robado y otros cuentos.

Autor: Mark Twain.

Editorial: Barataria.

Entre mis bienes más preciados estan los dos tomos que editó Aguilar, allá por 1953, con las novelas completas y los ensayos de Mark Twain. Cubiertas de piel, papel biblia, textos a doble columna, cantos decorados… Recuerdo haber leído en esa edición, que perteneció a mi padre, lo que el escritor y reportero de Florida denominó “ensayos humorísticos”: “El arca de Noé”, algunas de las aventura de los McWilliams…

Volver a tener en las manos esas historias mágicas, en una nueva traducción, supone un placer inimaginable. Y la confirmación de que Twain era, además de un grandísimo narrador de aventuras, un humorista satírico excepcional. A medio camino entre Groucho Marx y Faemino y Cansado, hoy día Twain formaría parte de la redacción de Mongolia: el surrealismo de estas narraciones breves resulta sorprendente, por actual y por ácido, por descarado y trepidante.

Twain no deja títere con cabeza. Estrafalarios, socarrones, brillantes. Así son estos seis cuentos memorables, que se ríen educadamente de los valores establecidos, entonces y ahora, y se burlan de las instituciones y los formalismos. Tronchante y eterno Twain.