Por primera vez en tres años, La 1 (TVE) (12,2%) pierde el liderazgo de audiencia en favor de Telecinco (13,95), que se convierte en la cadena más vista del 2012. Antena 3 (12,5%) también supera a la televisión pública, que de esta manera queda relegada a la tercera posición. Es decir, que se redistribuye el ranking de las audiencias televisivas en las grandes cadenas de forma que salen claramente beneficiadas las televisiones privadas. Las dos televisiones privadas españolas: Telecinco (más Cuatro) y Antena 3 (mas La Sexta). La pública, como sucede últimamente con todo lo público, pierde.
Los recortes, la falta de liderazgo y las dudas y condicionantes a la hora de programar RTVE han hundido La 1. Las privadas se frotan las manos. Sin el respaldo de los telespectadores, cada vez parece menos necesaria la televisión pública, ¿verdad?
Mientras escribo estas líneas sintonizo Antena 3, y me encuentro con un culebrón infumable llamado “El secreto de Puente Viejo”. En su cadena paralela, La Sexta, emiten como cada tarde la redifusión de una serie norteamericana llamada “Bones”. Estamos en horario infantil, y en vacaciones, pero no importa: se suceden los asesinatos, los cadáveres, la violencia…
Cambio a Telecinco, donde emiten “Sálvame diario”. Ocho personas, algunos supuestos periodistas y una presentadora humorista, berrean, se insultan, se faltan al respeto, se llaman mentirosos, están a punto de llegar a las manos. Un espectáculo de una sordidez descomunal. “Tu madre ha sido la persona más dañina que he visto jamás”, dice una de las supuestas informadoras a la invitada. Hablan de una tal Mayka Vergara, periodista fallecida que al parecer fue “referencia en el mundo del corazón”. “¿Trabajaba de forma honesta?”, se preguntan en Telecinco. En esos momento en Cuatro, la cadena suplente, reponen la serie policiaca norteamericana “Castle”. Más violencias y asesinatos.
En España, la televisión privada es repugnante. Es un negocio manejado por dos únicas empresas basado en el entretenimiento de muy baja calidad. Necesitamos, por tanto, la televisión pública. No olvide que los españoles se sentaron frente al televisor en 2012 una media diaria de 246 minutos, siete minutos por encima del 2011. ¿Otra televisión pública? Sin duda. ¿Una televisión pública número uno en audiencia? No necesariamente.