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El espectáculo de la política

Llegará un día, si alguien no lo impide, en que La Sexta no tendrá programación. Solo emitirán un interminable programa político que, por supuesto presentado por un inagotable y cada vez más histriónico García Ferreras, convertirá en noticia la nimiedad más apabullante. ¿Que se alivia Felipe González? Atención señores, atención, terremoto en las entrañas socialistas. ¿Que Rajoy tiene la agenda vacía? Queridos telespectadores, el grandioso Real Madrid del todopoderoso Florentino es capaz de colmar las exigencias laborales de todo un presidente del Gobierno. ¿Que Revilla regala anchoas a Rita Barberá? Cuidado, aún no conocemos los límites del bipartidismo.

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El espectáculo de la política.

Ya se que no es nada nuevo: es un modelo de televisión, muy barata y por tanto tremendamente rentable, con que Telecinco lleva años forrándose. En La Sexta han cambiado el corazón por la política, pero respetando rigurosamente el formato: mucho tertuliano radical, mucha opinión, mucho espectáculo, mucha manipulación… y no demasiado periodismo.

El especial “Al Rojo Vivo” sobre el comité federal del PSOE comenzó a las ocho y media de la mañana del sábado. Una mesa, un presentador con ganas de show, un periodista de verdad (Jesús Maraña) y unos tertulianos más o menos interesantes. Cinco (5) horas después apenas habían ofrecido algunas imágenes del interior de Ferraz, que se podían ver en otros medios, y un puñado de rumores. ¿Novedades? Un telefonito móvil “de última generación” que aparecía en la parte superior derecha de la pantalla cuando llegaba a plató alguna noticia-rumor-tuit.

No había chicha para tantas horas de televisión. Lo que supuso un drama televisivo, porque los comentarios se repitieron, las imágenes entraron en bucle, y el telespectador se aburrió. Televisión de saldo, pero rentable: el gasto es mínimo, y la audiencia siempre será mejor que la conseguida por la programación prevista (enésima repetición de “Hoteles con encanto”). Y de paso se habló bien de Eduardo Madina. Por algo será…

En televisión, la política puede ser un espectáculo. Y un gran negocio. Y todo sin necesidad de hacer periodismo, de informar. En La Sexta lo saben.

La chusma

Antonio Pérez Henares es uno de esos periodistas casposos y vocingleros que exhiben como trofeo de caza en los programas de televisión con ínfulas progresistas. El otro día en “Al rojo vivo” (La Sexta) el personaje en cuestión dijo que en la cabeza de muchos españoles “está tirar a la infanta por el campanario”. El populacho embrutecido, que sueña con colocar a doña Cristina en el lugar de la cabra de Manganeses de la Polvorosa (Zamora). A esos imaginarios ciudadanos lanzainfantas Henares les llamó “la chusma”.

Cabra

Cuando el tertuliano habló de “la chusma” solo le faltó que le salieran espumarajos por la boca, como el morro de un rottweiler rabioso. A su lado, el director de La Razón y jefe de prensa del Gobierno analizó seriamente el problema de la inmigración: “Pues entonces abrimos las fronteras, ¿no es eso lo que queréis?”. Un subdirector de El Mundo le rió la gracia, y un ex de ese mismo periódico puso cara de saberlo todo y perdonar la vida a los demás. En el lado izquierdo, un político socialista quiso hacer creer a todos que es de otra pasta. Mientras el presentador, campechano, decía un taco que le convertía en cómplice de los espectadores.

La chusma no está en la calle, como dice el tertuliano, sino en los platós. La degradación de las tertulias televisivas parece no tener límites. Como era previsible, el análisis sensato y la opinión serena no funcionan en la pantalla. Nuestro electrodoméstico favorito, con permiso de la licuadora, exige pasión, partidismo, gritos, propaganda, enfrentamiento… Cualquier cosa menos reflexión o periodismo. Todo menos un aburrido y educado intercambio de opiniones inteligentes o de informaciones contrastadas.

En su imprescindible libro “Cuatro buenas razones para eliminar la televisión” el publicista y escritor Jerry Mander habla de las desviaciones e inclinaciones tendenciosas inherentes a este medio de comunicación. Una de las cuatro razones es ésta, la pérdida de información real. Es decir, la desviación tendenciosa. La opinión y la publicidad por encima de la precisión, del contenido, el fracaso de la sutileza. La muerte de la inteligencia, en resumen.

¿Chusma? ¿Tirar a la infanta por el campanario? Solo es una artificial excepcionalidad que es tendencia, apostar por la opinión en lugar de la información. Maniobras de disuasión, de confusión. Ayer se podía leer en Twitter un dialogo parecido a este…

– ¿Qué pasa con la Infanta?

– Campanario.

– ¿Y con Bárcenas?

– Inmigración.

– ¿Por qué habéis privatizado ese hospital?

– ETA.

– Entiendo…

 

P.D.

 

Un motivo para NO ver la televisión

A.J. Croce

Cd: Twelve Tales.

Croce

A.J. Croce es hijo del gran Jim Croce, el legendario cantautor de Filadelfia que escribió maravillas como “Bad, Bad Leroy Brown” y falleció en un accidente de aviación cuando empezaba a ser reconocido. Como su padre, A.J. toca el piano, la guitarra y compone de maravilla. Este “Twelve Tales” es su octavo disco, quizá el proyecto más ambicioso y arriesgado de su carrera.

Las doce canciones de “Twelve Tales” han sido grabadas con seis bandas diferentes, y otros tantos productores (Jack Clement, Allen Toussaint, Tony Berg, Mitchell Froom, Greg Cohen y Kevin Killen), en diez estudios de cinco ciudades con la colaboración de nueve ingenieros de sonido. Todo el trabajo se completó en un año. ¿Un enorme batiburrillo? ¿Un caos? Nadie lo diría después de escuchar el disco al completo, un trabajo sólido y ordenado que incluye pop potente, blues cálido y hasta Americana. Interesante forma de entender la música grabada.

 

Bárcenas, la tv movie

Es bien conocida la debilidad de La Sexta por los asuntos carcelarios. Tras el éxito de la serie “Prision Break” comenzaron a emitir “Encarcelados”. No contentos con esto han dado una nueva y espectacular vuelta de tuerca a su pasión por chirona y sus derivados: los informativos de La Sexta han emitido imágenes de Luis Bárcenas en el interior de la cárcel de Soto del Real, lugar donde el ex tesorero del PP ha pasado los últimos 82 días y sus respectivas noches. En el debate político “Al Rojo Vivo” emitieron una y otra vez esos vídeos, seguramente grabados con un teléfono móvil y de apenas unos segundos de duración, en un bucle de calidad infecta y tremendo interés informativo. Interés general, diría yo…

En La Sexta venden los vídeos caseros, o si usted prefiere talegueros, como una de esas exclusivas que nos hacen recuperar la confianza en el periodismo con mayúsculas. ¿Vulnerar la intimidad del recluso? No, por dios. La sociedad española quiere saberlo todo sobre el puto amo. ¿Recuerda usted “Celda 211”? Esto es mucho más fuerte. ¿Ha olvidado “El expreso de medianoche”? Jamás olvidará a Luis El Cabrón entre rejas. ¿Todavía se estremece con los entrañables reclusos de “La milla verde”? Los que aparecen en la exclusiva que nos ocupa resultan aún más humanos, más cercanos. Me he tomado la libertad de resumirle las escenas…

– Bárcenas se fuma un puro sentado en un banco.

– Bárcenas jugando al baloncesto.

– Bárcenas hablando en una cabina de teléfono.

– Bárcenas sentado en un pupitre de la escuela del módulo, tomando notas delante de un cártel escolar con el sistema digestivo.

– Bárcenas levantándose de una mesa que comparte con seis o siete personas.

– Bárcenas rezando en el aula anterior.

“Imágenes exclusivas impresionantes”, reconoce uno de los tertulianos, sin duda para justificar tanto la enésima repetición de los mismos vídeos como su presencia en el debate. “Está como Pedro por su casa”, asegura uno de sus colegas. “Conociendo lo rocoso del personaje no me sorprende”, dice otro. Y con esos cuatro datos, con esas cuatro imágenes desenfocadas, se lanzan a analizar detalles y pormenores de la vida entre rejas de Luis Bárcenas. Hablan de que en la cárcel los Farias cuestan un euro, pero que Bárcenas consigue unos puros mejores. De cómo se sientan los presos en el patio. De los colegas de presidiario. De cómo se quedó a 400 metros de la cima del Everest. “Está claro que este hombre tiene un don para las relaciones públicas”, dice un tertuliano. “Se le ve adaptado”, informa otro. “No solo es católico, tiene una vena mística. Incluso asegura haberse comunicado con su hermana muerta”, asegura Ernesto Ekaizer tras verle rezar. Interés general, qué duda cabe.

Descomunal periodismo de investigación. Excelente análisis social y humano de la reclusión del hombre del momento. “Entiendo que las imágenes les duelan, tanto al abogado como a sus familiares… pero esto es periodismo”, sentencia la tertuliana dando un énfasis especial a la última palabra, que subraya golpeando el bolígrafo contra la mesa. El telespectador, aturdido por el altísimo nivel informativo, solo puede preguntarse por la procedencia de las imágenes. ¿Cámara oculta? ¿Móvil? ¿Cine Exin? “Eduardo inda, tu eres un maestro y no hace falta que te diga que la fuente es sagrada”, reconoce el presentador de “Al Rojo Vivo” al adjunto al director de El Mundo. Y sentencia: “Nos preguntan por que hemos emitido estas imágenes. Las teníamos… y hacemos periodismo”. La carne de gallina…

¡Pobre Bárcenas! El hombre que lo ha sido todo en el partido que gobierna este país, ideólogo de la economía popular, senador del partido y mano derecha de Mariano Rajoy, convertido por la televisión en protagonista de una jail tv movie de serie B. ¿O quizá solo estamos ante el primer capítulo de una larga serie de Vídeos de Primera?

“Tenemos otros videos, pero posiblemente no los emitiremos nunca. Imágenes muy potentes, muy llamativas, muy duras, que traspasan algunos límites. Posiblemente no las emitamos nunca”, insiste  García Ferreras poniendo una voz tan interesante como la de Frost en la entrevista con Nixon. ¿Quizá imágenes en la ducha, con el jabón rodando por el encharcado suelo entre un bosque de piernas peludas de reclusos desnudos? ¿Posiblemente no las emitan nunca? Gran periodismo, pero antes que nada grandes personas.

P.D.

El regreso del hijo pródigo…

Un motivo para NO ver la televisión

Erase una vez en Francia

Autores: Fabien Nury y Sylvain Vallée.

Editorial: Norma.

Gran formato, edición exquisita, para una serie de tres volúmenes en la que se cuenta la historia de Joseph Joanovici, un hombre con dos caras, con dos vidas, con infinitas suertes. Judío en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, Joanovici tiene un descomunal talento para los negocios. Analfabeto, este perfecto antihéroe convierte la humilde chatarrería de sus comienzos en un gran imperio económico que mantiene relaciones comerciales tanto con los alemanes como con la Resistencia.

Pese a salvar la vida a cientos de compatriotas, nada más finalizar la guerra Joanovici es investigado por un juez obsesionado por el doble juego que ha mantenido. Una apasionante biografía, sólidamente construida, que se basa en hechos reales y recuerda a las grandes películas sobre la Mafia, desde “El Padrino” a “Erase una vez en América”. Los responsables de tan interesante trabajo son dos clásicos del cómic francés: el guionista Fabien Nury y el dibujante Sylvain Vallée.

Tertulianos teledirigidos

Televisiones, diarios y emisoras de radio se llevan las manos a la cabeza. Miguel Carmona, diputado socialista en la Asamblea de Madrid más conocido por sus apariciones como tertuliano en diferentes cadenas de televisión, ha reconocido que ha “metido gente en los medios de comunicación” y que su discurso en plató está “teledirigido”. Quién pudiera imaginar semejante desverguenza, ¿verdad?

En La Sexta, donde Carmona da doctrina, lejos de darle una patada en el culo le ofrecen tiempo de televisión para redimir su torpeza. “Dijiste que estás teledirigido como metáfora y la que se lía… ¿Realmente hay periodistas que van de argumentario de partido? ¿Sí?”, ironiza García Ferreras en “Al rojo vivo”. “En este país hay cada vez menos humor”, asegura el cachondo de Carmona. Ferreras dice la última palabra: “Carmona tiene un problema: es buena persona. Y eso tiene un coste”. Tengo que hacer serios esfuerzos para que las lágrimas no inunden el teclado del ordenador, provocando un peligroso cortocircuito. Y es que no me emocionaba tanto desde la noche en que el Atleti le ganó al Madrid la copa del Rey en el mismísimo Santiago Bernabeu. Seguro que a Ferreras le ha pasado lo mismo…

Querido lector, si a usted le sobra el tiempo, y no tiene nada peor que hacer, siéntese delante de la televisión y vea un debate político. Por ejemplo un “Al rojo vivo” (La Sexta) en el que los tertulianos invitados sean, además de Carmona,  Francisco Marhuenda, Antonio Pérez Henares, Ramón Pérez-Maura o Alfonso Rojo, por poner algunos ejemplos. ¿Usted cree que estos señores periodistas actúan con absoluta libertad o pueden estar “teledirigidos”? Pues entonces.

Salvo honrosas excepciones, ahora mismo no me viene ninguna a la cabeza, las tertulias televisivas son espectáculos de una sordidez espeluznante protagonizados por individuos tendenciosos, vocingleros y trafulleros. ¿Quién los teledirige? En algunos casos el Gobierno, en otros la oposición, siempre su interés personal: convertirse en asiduos de la pantalla, en famosetes, y mantener esa cómoda fuente de ingresos, ese altavoz, ese diminuto pero interesante nicho de poder. ¿Periodismo? No sea usted gilipollas, por favor. Esto es un puto negocio.

P.D.

Cuando escribo este texto, el tal Carmona aún no ha sido expulsado del PSOE y sigue siendo invitado a tertulias televisivas.

Un motivo para NO ver la televisión

CD: Ghost Brothers of Darkland County.

Esta es la historia de la colaboración entre el cantautor John Mellencamp y el escritor Stephen King. ¿Un musical? Mucho más: un musical gótico meridional. No se lo puedo explicar porque no he tenido la suerte de ver el espectáculo. Solo puedo asegurarle que la música, sonido de raíces norteamericanas, es de enorme calidad. Lo garantiza la serie de artistas que colabora con algún tema: desde Elvis Costello a Neko Case pasando por Sheryl Crow, Dave y Phil Alvin, Taj Mahal, Ryan Bingham, Clyde Mulroney, Rosanne Cash, Kris Kristofferson

En el disco las canciones se alternan con diálogos y narraciones. La historia de dos hermanos involucrados en asesinatos y suicidios en extrañas circunstancias. Coordina esta original suite musical un hombre que ofrece todas las garantías: T-Bone Burnett. Venganza, amor, redención… y todos los fantasmas que acosan a unos hombres que escapan de sí mismos. Un gran disco, imagino que un enorme espectáculo teatral.