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6.202.700 perfiles políticos

“SI LOS 1400 POLICÍAS PONEN TODOS SUS ESCUDOS EN FORMACIÓN DE TORTUGA CASI NO SE VE LA CIFRA DE PARADOS“. Masaenfurecida en Twitter.

En TVE han cancelado una entrevista con Ada Colau porque tiene, dicen, “perfil político”. Me temo que en la España actual los perfiles de absolutamente todos los ciudadanos son políticos. Somos más políticos que nunca, de perfil y de frente. ¿Acaso no sería una irresponsabilidad declararse apolítico en un país con 6.202. 700 parados? Tan grande como confiar en el perfil político de Mariano Rajoy, nuestro flamante presidente, el hombre que desde la portada de El Mundo prometió hace tres años: “Cuando gobierne bajará el paro”. Mentirosillo…

En TVE dicen que Ada Colau tiene perfil político, y con esa excusa no emiten una entrevista con la activista anti desahucios. Una entrevista que no gustaría ni a los bancos, ni al Gobierno, ni a cualquier otra forma de poder. Los bancos, el Gobierno y el resto del poder lo que quieren es que en TVE entrevisten a sus colegas. Por eso en TVE, en lugar de la entrevista censurada con Colau se pueden  escuchar las opiniones de Bieto Rubido, el director de ABC que asegura que Eduardo Madina “simpatiza” con ETA.

En TVE, la televisión pública, tienen como tertuliano habitual al impresentable director de ABC, pero no son capaces de dar voz a quienes nos recuerdan las miserias que estamos viviendo. No es de extrañar que ayer tarde los periodistas de TVE que cubrían el “asedio” al Congreso de los Diputados llevasen chalecos anti balas. ¡Hacer periodismo en la televisión pública se ha convertido en una misión de alto riesgo!

El asedio al Congreso… El presidente, Jesús Posada, decía a las cámaras de televisión que no le importaba el dinero que hubiese costado el despliegue policial. Todo es poco para proteger “el asalto a la cámara” del pueblo. No se debe escatimar para salvaguardar la democracia. Ignora el bueno de Posada, un hombre con un gran perfil político, que mientras defiende el Congreso de asaltantes invisibles, su partido está sodomizando a los ciudadanos, los verdaderos propietarios de la cámara: todos los días se destruyen 3.581 puestos de trabajo (322.300 puestos de trabajo se han perdido en los tres primeros meses del año). ¿Y aquello de crear empleo que prometió Rajoy? Mentiras. El 53,6% de los jóvenes con edades comprendidas entre 20 y 24 años está en paro. Y entre los que tienen 16 y 19 años y quieren trabajar (no son estudiantes) el desempleo sube hasta un 75,85%.  

“El paro sin duda es la noticia del día, pero la atención está puesta en los alrededores del Congreso…”, dijo la presentadora del Telediario (TVE) de las nueve de la noche. Y dió paso a imágenes de manifestantes empujando las vallas y tirando una bengala a la policía. Efectivamente, la noticia del día no era esa. La noticia del día eran 6.202.700 noticias.

Un motivo para NO ver la televisión

Leroy Powell & The Messengers.

Cd: Life and Death.

Leroy Powell nació en Redlands, California, y desde muy joven se empapó de los sonidos soleados de la Costa Oeste. Pero también de rock sureño, country de Nashville, soul profundo y sonidos tan pesados como los de Grand Funk Railroad o Black Oak Arkansas. Un tipo con las orejas abiertas que vio la luz al unirse en escena a un forajido llamado Shooter Jennings.

“Life and Death” es su tercer trabajo, seguramente el más reposado y campestre (pese a esa portada tan tensa), con puntuales momentos de dureza rocanrolera. Trece canciones magníficas y una actitud irreprochable. Un placer salvaje.

Tragarse las palabras

El periodista Alfonso Rojo es uno de los tertulianos habituales del programa de Ana Rosa (Telecinco). Por si usted no lo sabe, es el ex marido de la presentadora. Como Jesús Sepúlveda es a Ana Mato, para que usted me entienda. El estilo profesional de Rojo es tan sucio, cínico, malintencionado y cutre que le ha garantizado una silla en los principales debates de las mejores cadenas de televisión: sus improperios se pueden escuchar en “El gran debate” (Telecinco), en “El gato al agua” (Intereconomía), en “Al rojo vivo” (La Sexta)… Un ejemplo de su clase: en este último espacio le escuchamos llamar “el facineroso de la cocaína” a un famoso disc jockey.

Ayer Rojo recibió un rapapolvo importante. No cambiará un ápice su manera de entender el periodismo, pero sin duda servirá para que el telespectador comprenda que un determinado tipo de tertuliano solo tiene que encontrar la horma de su zapato para quedar en ridículo. Rojo acuso a Beatriz Talegón, miembro de las Juventudes Socialistas que solo unos días antes había sonrojado a quienes asistieron a la Internacional Socialista celebrada en Cascais (Portugal), de ser una vaga. “Tengo una duda”, dijo Rojo con su habitual desparpajo: “Tienes 29 años y tu trayectoria ha sido ser asesora de Castilla La Mancha, concejal… Tú lo de pagar el IVA y pegar un palo al agua no lo has hecho en tu vida”. “Tendrás que tragarte tus palabras”, le respondió Talegón, que desglosó su formación y su amplia trayectoria profesional, al alcance de todos en la web del partido, antes de sentenciar: “Soy licenciada en Derecho, profesora de música, fotógrafa y hablo tres idiomas”. Vea el vídeo, por favor…

En los últimos días Beatriz Talegón se ha convertido, junto a Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, en protagonista de la actualidad positiva. Un soplo de aire fresco en esta España putrefacta. Una piedra en el zapato de comentaristas carcas. Por mucho que les duela a Rojo y al resto de tertulianos que viven de la infamia, Beatriz y Ada demuestran que se puede hablar en televisión sin gritar, sin insultar, sin resultar patético y, lo que es más importante, con la verdad por delante y objetivos altruistas.

Colau estuvo ayer por la mañana al menos en tres cadenas de televisión. Telecinco, Antena 3 y La Sexta. Y en todas defendió con dignidad a los afectados por las hipotecas. Conclusión: la maldad no está en la televisión, un medio de comunicación poderoso pero inocente. La maldad está en aquellos que la utilizan como altavoz de su necedad y codicia. Por eso es un placer ver cómo se tragan sus palabras.

 

Un motivo para No ver la televisión

Memorias líquidas

Autor: Enric González.

Editorial: Jot Down Books.

Leo este librito de edición artesanal y aspecto vintage (tapa dura entelada) en una sentada. Son 181 páginas con letra grande y muchos blancos. Y me quedo con una sensación agridulce. En primer lugar por haber pagado un precio a todas luces excesivo, 23 euros. Y en segundo lugar porque la vida profesional de Enric González es excitante, pero no tanto: una vez leídas sus historias de Nueva York, Roma y Londres, estas “Memorias liquidas” suenan a música ya escuchada.

Conocer a buena parte de los periodistas que nombra Enric hace soportable la lectura de una biografía acelerada y superficial que arranca de maravilla: con una brillante introducción de Santiago Segurola. El texto principal es un recorrido por la vida profesional del autor, que presta especial atención a los que fueron sus jefes y a algunos de sus ex compañeros. Muchas palmadas en la espalda y algunos ajustes de cuentas, estos últimos en tono menor. Morbosos abstenerse: no hace demasiada sangre con nadie, excepto con Juan Luis Cebrián.

Enric es demasiado jóven, y brillante, como para malgastar su tiempo en este tipo de reflexiones, seguramente prematuras. Estamos, por tanto, ante una recopilación acelerada de anécdotas, poco más que anotaciones en un cuaderno, que difícilmente interesarán a aquellos que no compartieron redacción con el protagonista. Y que, por tanto, no conozcan de primera mano a los personajes que han circulado por su vida profesional y aparecen mencionados en el texto. Solo para fans e implicados.