You have searched the El Descodificador blog archives for huffington. If you are unable to find anything in these search results, you can try with different search query


Nunca caminarán solos

Insiste Pedro Sánchez una y otra vez en que si se tienen que repetir las elecciones la culpa será de Podemos. Y lo dice pese a que es público que tiene un pacto sagrado, que inclusó formalizó por escrito, con Ciudadanos, partido del que solo unas semanas antes dijo que “se trata de la misma derecha que el Partido Popular”.

Sánchez pudo elegir a Podemos como compañero de viaje. Pero eligió a Ciudadanos. Y lo hizo pese a decir, un día de finales de 2015, una frase para la historia del socialismo moderno: “No veo a alguien de izquierdas votando a Ciudadanos”. Es el mismo Sánchez que ayer se ha unido a Partido Popular y Ciudadanos para hacerle una jugarreta a Podemos: dejar a los de Iglesias fuera de la Diputación Permanente, el órgano que dirigirá el Congreso cuando el próximo mes de mayo se disuelvan las Cortes.

Ya los tiene usted de la mano, amigo Sánchez. PP, PSOE y Ciudadanos nunca caminarán solos.

Y todo esto cuando uno de los grandes ideólogos del nuevo socialismo, ese Felipe González que acusa a Iglesias y los suyos de bolivarianos, el mismo que advierte a Sánchez del “engaño” de Podemos, los “pseudorevolucionarios de Venezuela”, comienza a sonar cuando se habla de los papeles de Panamá.

Anteayer supimos que Jesús Barderas, amigo íntimo de Felipe González relacionado con los ERE, gestionó hasta 50 sociedades offshore a través del despacho panameño Mossack Fonseca. Y ayer mismo, que la actual mujer de González, Mar García Vaquero, gestionó una cuenta en Suiza a través de una sociedad creada en un paraíso fiscal.

Tiene razón Sánchez. Es difícil ver a alguien de izquierdas votando a Ciudadanos. Tanto como a sus socios del PSOE.

Un motivo para NO ver la televisión

Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado.

Autora: Maya Angelou.

Editorial: Libros del Asteroide.

arton1619-93dba

La primera novela autobiográfica de Maya Angelou se debate entre la vitalidad desbordante de la niña protagonista y la dureza desgarradora de algunos de los acontecimientos que padece. “A los quince años, la vida me había enseñado indiscutiblemente que el abandono, llegado un momento, era tan honorable como la resistencia, sobre todo si no tenías otra opción”.

“Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado” es mucho más que historia de iniciación. Es una novela de aventuras que se desarrolla en diferentes lugares de Estados Unidos, y que tiene el sabor sureño tanto de las correrías de Tom Sawyer como de clásicos abolicionistas. Leyendo a Angelou es posible recordar tanto la desgarradora “Vida de un esclavo americano” (Capitán Swing), de Frederick Douglas, como las descripciones sobre la marginación de la mujer negra de “Un millón de ruiseñores” (Malpaso), de Susan Straight.

Angelou es nómada debido a lo complejo de su estructura familiar, un caos que la lleva de un pueblo de Arkansas en el que los acontecimientos sobresalientes son negativos (“sequías, inundaciones, linchamientos y muertes”) a California pasando por San Louis. Viajes, familia, amigos, negocios, problemas… todo se sucede en una vertiginosa narración, con momentos de sublime belleza, melancolía y diversión alternándose con otros realmente terribles.

“Stamps (de Arkansas) podría haber sido un pueblo de Georgia, Alabama o Misisipí y haberse llamado ´Lárgate antes de la puesta de sol, negro` o cualquier otro nombre igualmente descriptivo. La gente de Stamps solía decir que en nuestro pueblo los blancos tenían tantos prejuicios, que un negro no podía comprarse un helado de vainilla excepto el día 4 de julio. Los demás días, tenía que conformarse con los de chocolate”.

En este libro encontraremos la lucha de una niña negra por entender el mundo blanco que le ha tocado vivir. Rodeada de personajes en ocasiones entrañables, muchas veces miserables, admira a su abuela, añora a sus padres y vive los miedos que le causa una sociedad racista, hipócrita y violenta.

“El señor Freeman me atrajo hacía si y me metió la mano entre las piernas. No me hizo daño, pero la Yaya me había metido en la cabeza este consejo: Manten las piernas cerradas y no dejes que nadie te vea el monedero”.

La violación resume la brutalidad de la sociedad del sur de Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX. Pero en este libro no faltan momentos divertidos, entrañables y por supuesto emocionantes, como ese que muestra las dificultades que tienen las protagonistas para encontrar un dentista que no prefiera “meter las manos en la boca de un perro antes que en la de un negro”. Una obra emotiva que rompió con la marginación de las escritoras negras, y que debe ser leída mientras se escuchan primitivos blues rurales. El alma del viejo y profundo sur.

 

Bertín, ese patriota

La tele que me paga, pública. La pasta la guardo en Panamá. Y entre una cosa y otra, ese Bertín Osborne prototipo de español conservador, campechano y defraudador, líder del cuñadismo, habla por los codos…

Mientras cobraba de la televisión pública, y daba doctrina en entrevistas en las televisiones privadas, el cantante, presentador y empresario Bertín Osborne reactivó una sociedad en Panamá en octubre de 2015, un mes después de estrenar en TVE el programa “En la tuya o en la mía”. “Sí, tengo una sociedad en Panamá. ¿Y qué? Me encabrona tener que dar explicaciones por algo que es legal”, dijo en Antena 3. Ante las sencillas preguntas de los periodistas en el plató, “¿Pero usted vivía en Panamá? ¿Por qué no creó la sociedad en España?”, Bertín se encabrona de verdad: “Como demagogia está muy bien. No tengo por qué dar más explicaciones. ¿Lo ha cogido ahora? Que no lo volvería a hacer, pues claro que no”, sentencia el intérprete de discos del calado de “Bendita América”.

“Ahora tienes una sociedad en Panamá y te miran peor que a Mario Conde”, se defiende todo digno Bertín. Te miran mal entre otras cosas, añadiría yo, porque tienes antecedentes como defraudador: en enero de 2003 fue condenado a un año de cárcel por alzamiento de bienes y fraude fiscal, y ha mantenido una deuda con Hacienda de cinco millones de euros. Pero no es culpa suya, claro: “Yo no soy fiscal, ni asesor fiscal, ni pollas”, le confesó a su amigo Pablo Motos.

Bertín es todo coherencia. Español orgulloso de ser de derechas, “voy a votar a Rajoy, es un tipo brillante”, de seductor y de mujeriego, de juerguista y campechano, nos recuerda siempre que puede que “en Irak cuelgan a los gays”. En el escenario, a su vera, Arévalo pone voz de gangoso y cuenta un chiste de mariquitas. Los dos ríen como hienas.

Un motivo para NO ver la televisión

Hayes Carll

Cd: Lovers and Leavers.

Screen-Shot-2016-01-19-at-9.30.31-PM

Para quitarse el mal sabor de boca que produce Bertín, tanto por sus hechos como por su ¿música?, nada mejor que uno de mis cantautores eléctricos favoritos. Desde Houston, en el corazón de Texas, con todos ustedes el gran Hayes Carll

Carll acaba de lanzar su quinto disco, un trabajo que incluye diez canciones escritas junto a tipos tan importantes como J.D. Souther, Will Hoge, Jim Lauderdale, Jack Ingram o Allison Moorer. Otro gran álbum tras cinco años sin pasar por un estudio, repleto de buenas canciones, guitarras acústicas y esa voz tan personal de Carll. Una de las joyas ocultas del género Americana. Imprescindible.

Decadencia

La decadencia de un medio de comunicación como El País parece imparable. Un buen periódico puede tener épocas mejores o peores, en las que está más o menos acertado, en las que tiene columnistas brillantes o mediocres, en las que consigue exclusivas sensacionales o se limita a ir a rebufo de las publicadas por otros medios. Un buen periódico puede ser un periódico magnífico o simplemente digno, pero nunca puede ser mezquino o, lo que es aún peor, torpe. La campaña de El País contra Podemos es, además de desmesurada, grosera y violenta, muy torpe. Lo que castiga doblemente al diario que Juan Luis Cebrián empuja cada día al precipicio. No solo manipulan la información, sino que lo hacen mal, de manera tan burda que insulta la inteligencia de unos lectores que, me imagino, huyen en desbandada. Le contaré un último ejemplo de tan enorme deterioro profesional…

Durante algunos momentos de la pasada semana, la web de El País dedicaba hasta cinco noticias de la apertura de su portada a informaciones que desprestigiaban, menospreciaban o vilipendiaban a Podemos. Por ejemplo: Tema del día “Crisis en Podemos”. Opinión: “Podemos, ilusión o ilusionismo”. Bueno, mejor véalo usted mismo…

la foto 3

En las últimas semanas la campaña de El País contra Podemos se ha vuelto feroz. Por cantidad y por… ¿calidad? De ninguna manera. Por cantidad y por torpeza. El pasado viernes publicaban en la portada de su web una noticia titulada “La viuda de Enrique Casas pide a Iglesias una condena clara a ETA”. Justo debajo, una carta abierta de Bárbara Bürkhop, la viuda de Casas, a Pablo Iglesias. Comienza con esta frase:  “Puede ser que mi hemeroteca falle…”.

la foto

¿Puede ser que mi hemeroteca falle? Si ese mismo día tecleábamos en Google las palabras “pablo iglesias condena eta” el primer enlace que aparecía era un vídeo de Youtube en el que Iglesias condena “la actividad de ETA”. Inmediatamente después, enlaces con otras noticias que recogen informaciones similares. La viuda de Enrique Casas puede no sentirse satisfecha con las palabras, en el vídeo o en otros foros, de Iglesias. Pero en un diario como El País, donde imagino conocen perfectamente las imágenes y las declaraciones en las que Iglesias ha condenado la actividad de ETA (“Iglesias ve ´repugnante`que se dude sobre su condena al terrorismo de ETA”), tienen la obligación de contrastar los datos que ofrecen, incluso en boca de otros. Cuando titulan “La viuda de Enrique Casas pide a Iglesias una condena clara a ETA”, sabiendo que Iglesias ha condenado claramente a ETA, solo pueden ser o muy torpes o muy manipuladores. Quizá las dos cosas. La decadencia, en cualquier caso, de un medio que agoniza.

la foto 2

 

La noche de los cuñadísimos

“Somos unos privilegiados. Viajamos a Siria a ver Petra…”. Francisco Marhuenda, tertuliano.

CTzX-h6WIAAsKMC.jpg-large

Cada vez que el presentador del especial del sábado noche en La Sexta daba paso a París, Antonio García Ferreras repetía las mismas melodramáticas cursiladas una y otra vez: las cicatrices dejadas por los disparos en las paredes, la velas que brillan más que nunca esta triste noche, ese clavel introducido con delicadeza en la grieta del cristal roto, París tiene hoy menos luz… Era de noche en París, y quizá por eso el improvisado reportero estrella de La Sexta echaba de menos las luces: “Los yihadistas atacaron ese restaurante que veis aquí detrás, Le Carillon; ese restaurante que estaría a mi derecha, La Pequeña Camboya, un restaurante modesto, son restaurantes modestos, no son tres estrellas Michelín”, dijo, con un tono de voz entre misterioso y sombrío que recordaba al del mejor Iker Jiménez, el de las caras de Bélmez. “El periodismo para nosotros es arriesgar e incomodar”, suele repetir el director de La Sexta, que solo unas horas antes se había presentado al casting para sustituir a Sandra Sabatés en “El Intermedio”. Seguramente impulsado por esa gloriosa omnipresencia televisiva, en la cumbre de su labor como auto-enviado especial, mostró a cámara, quién sabe si como dato relevante o como exclusiva grandiosa, un gran charco de sangre. Imprescindible sin duda para entender lo que había sucedido en París.

Poca información, mucha poesía. Pocos datos, mucho melodrama. Poco periodismo, mucho cuñadismo. El cuñadismo, tertulianismo de ínfima calidad basado en el comentario superficial, hablar por hablar, charlatanes desmadrados, ha desplazado al verdadero periodismo de la televisión. Es más barato, no requiere talento, excita a las audiencias. Es, en definitiva, muy rentable. Arriesgar e incomodar, como le venía diciendo.

Captura de pantalla 2015-11-15 a la(s) 11.17.38

No tenían mucho que contar los periodistas de La Sexta desplazados a París. Y en el plató de la cadena en Madrid, donde estaba el resto de la familia, tenían poco más que añadir. Los cuñados de siempre, hablando de todo, puesto que de todo saben. Ayer, Cataluña. Hoy, terrorismo islamista. Mañana, lo que les pongan por delante. Marhuenda, Inda, Sardá… Sí, Sardá, el legendario showman, el tipo que consiguió que Boris Izaguirre se bajara los pantalones sobre una mesa en prime time, ofreció en La Sexta una clase magistral sobre yihadismo. Y Marhuenda, el periodista que abrió su exposición situando Petra en Siria, analizó después las claves geopolíticas de los atentados. Solo se echó en falta la opinión de Jesulín de Ubrique. O mejor de Marlène Mourreau, intelectual francesa habitual en los programas de Sardá. “Al Qaeda es una creación de la CIA”, aseguró uno de los tertulianos más razonables en lo que se puede considerar la cumbre intelectual de “La Sexta noche”. ¿Esto es todo lo que puede ofrecer una televisión el día después de los atentados en el país vecino?

Veinticuatro horas antes, las obviedades solo se pudieron escuchar en TVE. El Canal 24H aprovechó su mesa de cuñados, con Alfonso Rojo y Graciano Palomo al frente, y se convirtió en la única cadena que informó en directo, por llamarlo de alguna manera, sobre lo que estaba sucediendo en esos instantes en París. Mientras, en La 1 emitían una película de Stallone. En Antena 3, “Tu cara me suena”. En Telecinco, “Sálvame”. En La Sexta, un programa de investigación sobre torneos de póker. El desprecio de las cadenas generalistas por la información es absoluto.

Atentados como el de París demuestran lo necesarios y escasos que son los periodistas de verdad en televisión. Y lo poco que aporta al telespectador el nuevo periodismo audiovisual, basado en las opiniones de medio pelo. Tertulianos cuñadísimos frente a información seria. La diferencia entre el periodismo y la telebasura.

Captura de pantalla 2015-11-15 a la(s) 11.17.22